Es recurrente por estos tiempos encontrarse con harta gente que es vegetariana o que simplemente no come carne. Por consiguiente, dicha gente se alimenta, en su mayoría, con carne vegetal o bien carne de soja, siendo la soja el paradigma alimenticio, ya que viene en muchas de las comidas más populares como hamburguesas, tacos, salsas, pizzas, empanadas, etc. Pero, ¿son todos esos consumidores de soja conscientes de las consecuencias que genera la producción de la soja que en su mayoría es de origen transgénico?, me interesa aquí tratar al menos, el tema de la soja transgénica y el impacto medioambiental que ésta genera. Videando el documental ‘La guerra de
Ahora bien, hay un dato importante que nos da la periodista argentina María julia Spolita acerca del impacto medioambiental que genera también la producción de soja transgénica: ‘El cultivo de la soja no retiene el agua en el campo sino que la deja correr, por este motivo, cuando llueve el agua se desliza por el campo y pasa a engrosar el caudal de los ríos produciendo en ocasiones inundaciones como las que se han dado en los últimos años en el noreste del país’[1]
Entonces tenemos que la producción de soja transgénica impacta en dos sectores importantes para el ser humano, a saber el social y el medioambiental, pero ¿que pasa en nuestro chilito respecto a los alimentos transgénicos y en particular la soja?, la ingeniero comercial Sandra Ríos Núñez de
Luego nos habla también acerca de lo que dice la ley respecto a los productos transgénicos en Chile: ‘Por otra parte, la ley de bases generales del medio ambiente, considera la liberación de transgénicos como actividad que debe someterse a un estudio de impacto ambiental obligatorio, pero no se aplica’[3]
En la investigación de la ingeniero comercial también se nos señala que un informe de gobierno, revela que chile a permitido la internación de material transgénico desde 1992 y que en el 1997 la superficie sembrada con transgénicos aumento a un total de 7.152 hás, pero en 1998 esta superficie aumento 4 veces más, y que la tasa de cultivos transgénicos en chile es superior al aumento a nivel mundial que subió 2,5 veces entre 1997 y 1998, Donde los cultivo preponderantes en 1998 corresponden al maíz transgénico y la soja transgénica (Los cultivos transgénicos se habrían efectuado a lo largo del país en 8 de las 13 regiones de Chile: I, V, RM, VI, VII, VIII, IX y X.), además el informe que recoge la ingeniero comercial Sandra Ríos Núñez, indica lo siguiente: ‘El informe no sólo da a conocer que extensas superficies de nuestro territorio se encuentran sembradas con transgénicos, sino que además revela que el 99,4% (28.371 hás) de la superficie plantada en 1998 correspondió a cultivos sin cuarentena de bioseguridad que incluyen 27.546 hás de maíz y 825 hás de soya sembrados en 5 regiones del país: I, V, RM, VI y VII.’[4]
Quiero recalcar que la información expuesta aquí sobresalta solo lo que conocemos como ‘soja transgénica’ no así la natural, pero como sabemos es más rentable para las empresas agropecuarias producir la soja transgénica, así que por eso recojo más la información que alude a un producto que tiene consecuencias en su producción que afectan al medio ambiente y al mundo rural, sin mencionar las consecuencias que tiene el consumo de alimentos transgénicos en nuestro organismo.
Así que a los nobles amigos consumidores de soja en pizzas, empanadas, tacos y demás alimentos, no les vendría mal informarse de las implicaciones que conllevan la producción y posterior consumo de la soja transgénica, así compiten en consciencia alimenticia con los amigoscarnívoros…No?